Construcción de INSTRUMENTOS TRADICIONALES
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  L a sZ A M B O M B A SLuis A. Payno  
 
 
 

Hasta no hace muchos años, al acercarse las fiestas de Navidad y en la práctica totalidad de nuestros pueblos se comenzaban a oír los extraños sonidos producidos por niños y mayores, al tocar un curioso instrumento musical: la zambomba. Tan popular  llegó a ser que su nombre y forma es comúnmente conocida por la mayoría  de la población  aunque no es tan común el saber tocarla. Incluso el lenguaje cotidiano  incluye acepciones como la interjección ¡zambomba! o zambombazo para referirse a una explosión o golpe fuerte con estruendo, por similitud al sonido del instrumento.  Tocando la zambomba - PortugalExcelentes ejemplares de zambombas de todos los tamaños y materiales  podían adquirirse en los mercados de los pueblos celebrados entorno al solsticio invernal, aunque lo más común era que se fabricasen en cada casa por los propios  y esporádicos músicos. Aún hoy, en los puestos navideños podemos encontrar una especie de zambomba fabricada con una pequeña lata de hojalata y forrada con papeles de colores, mas un juguete infantil que una verdadera zambomba. A pesar de  que ha estado  a punto de desaparecer, en la actualidad, numerosos constructores están recuperando el instrumento del olvido, fabricándolo y enseñándolo a fabricar  tal y como lo hacían nuestros mayores, muchos de éstos aún recuerdan como lo hacían en su juventud y nos están transmitiendo sus conocimientos.

Desde el punto de vista de su clasificación organológica es un instrumento menbranófono frotado de forma indirecta, también llamados  tambores de fricción, es decir, el sonido lo produce la vibración de una piel producida por la fricción, sobre una caña o cuerda unida a ella. Su tamaño y forma varía  muchísimo incluso dentro de las mismas comarcas, ya que se solían emplear materiales cotidianos de desecho. Siempre consta de tres partes esenciales: El  cuerpo, la caña y el parche.

Zambomba cantaroComo cuerpo  se emplea cualquier recipiente que tenga una boca suficientemente ancha. Puede ser cerámica, de madera, de hojalata..... Quizás el más común sea el barro, y de hecho los alfares fueron un importante centro de fabricación del instrumento, Algunos alfareros moldeaban cacharros específicos para zambombas, pero  era más normal emplear aquellos que se habían malogrado durante su elaboración, como los que se rajaban durante el cocido o se rompían por accidente. En las casas, todo tipo de recipiente ‘viejo’ se reciclaba para zambombas, cántaros, orzas, ollas...... había que quitar cuidadosamente el fondo, ya que debe de estar abierta por la parte inferior para evitar que la vibración del aire encerrado provoque el estallido de la piel, además de mejorar considerablemente su volumen pues actúa como caja de resonancia. En algunos lugares se emplearon viejos cangilones de noria hechos en barro, tanto cilíndricos como con diversas forma, como en Baleares  o Villafranca de los Caballeros (Toledo), en ésta localidad la familia Peño, apodada ‘los Cangiloneros’, los fabricaba y aún fabrica, empleando los rotos para hacer zambombas. También es corriente encontrar zambombas con lecheras de hojalata y con latas y bidones vacíos. Cubas de vino de todos los tamaños se emplean en algunos lugares como Guadalajara o  Colmenar (Madrid) en donde al instrumento lo llaman barril y forman grupos de rondas y murgas exclusivamente con éste instrumento. Más estrechas de fondo y de gran boca se emplean las cajas de arenques y cualquier otro recipiente como calabaza, troncos de árbol ahuecados por podredumbre u viejos panales cilíndricos que se realizaban con corteza de alcornoque en Extremadura.

  La caña  más común se realiza  a partir de un cañizo seco que se obtiene en las riveras de los ríos y lagunas. Hay que procurar que tenga un tramo largo, sin nudos para mejorar la fricción, éste tramo se denomina diente de la zambomba, en su parte inferior se deja un nudo algo grueso o se arranca del suelo para aprovechar el engrosamiento  del bulbo de la raíz, lo que servirá para colocarlo en el centro del parche y atar éste a su alrededor por la parte inferior con una cuerdecita  sin necesidad de atravesar la membrana.También se puede enrollar un alambre entorno a la caña o atravesar caña y piel con unos Zambomba Barrilalfileres para evitar que la cuerda se salga al tensar. Evidentemente, para guardar la zambomba la caña suele resultar engorrosa, debido a su longitud, por lo que en algunos lugares se hace desmontable y lo que  se ata a la piel  es una pieza cónica tallada en madera  de 5 o 6 cm.  y terminada en punta en el extremo que sobresale de la piel. En él se inserta la caña, cuyo extremo inferior abierto y cortado  longitudinalmente unos cm. es de menor diámetro que la parte mas gruesa de la madera, se sujeta mediante una cuerda atada en torno a la caña que se desplaza hacia la piel. Para desmontarla, se sube la cuerdecita y se saca la caña.   Otro material que se emplea como caña es el cañón pelado de una gran pluma, como la de Buitre, o un palo fino muy pulido. Un modelo casi desaparecido que aún podemos encontrar en Portugal  sustituye la varilla por una cuerda que atraviesa el parche por un agujero central y se ata a un palo de unos cm. la cuerda  sobresale en éste caso por la parte inferior de la zambomba.

   El parche, se fabrica con piel animal y se coloca lo mas tenso posible sobre la boca de la zambomba, sujetando en su centro la caña o la cuerda. . Si la boca no es muy grande se puede emplear piel de conejo seca y pelada (es muy apreciada la piel de gato), éstas al ser finas basta con extenderlas en un ambiente seco para que se apergaminen, algunas veces  se introducen previamente en agua con sal y se golpea y estira en todos los sentidos para romper los tendones. En ocasiones se trabaja en ‘crudo’ y se deja secar  unos días ya colocada sobre la zambomba.  También es muy empleada la vejiga de cerdo, puesto que las épocas invernales coinciden con la matanza, ésta es una especie de pequeño saco por cuya abertura se introduce un  canuto y se va hinchando poco a poco, de forma alternativa  se soba fuertemente con cuidado de que no se rompa,  sobre una superficie lisa. De ésta forma se va extendiendo la membrana hasta conseguir hincharla como un globo en mayor o menor medida dependiendo de la habilidad del ‘soplador’, es un proceso que  se lleva a cabo recién extraída la víscera lo que facilita mucho su manejo. Se coloca la caña en el centro y se tensa sobre el recipiente dejándolo secar unos días antes de tocarla. Si la boca de la zambomba es muy grande se requieren pieles más fuertes y extensas, como las de cabrito u oveja que se han dejado secar en sal gruesa limpiado de restos de carne y pelo y lavado con agua salada según procesos que varían de unos Zambomba de cuerda. Soronca portuguesalugares a otros. Antes de colocarlo, éste pergamino es necesario tenerlo un día en agua para que se ablande y adquiera una consistencia elástica. Se coloca  la caña en su centro y se tensa fuertemente sobre la boca del recipiente, atándolo a su alrededor mediante cuerda fina. En ocasiones se introducen unos garbanzos o piedrecillas bajo la piel sobrante y se atan unas cuerdas en torno al abultamiento, éstas se unen  a su vez en la parte inferior de la zambomba y sirven de tensores mediante un palito que se enrolla en torno a ellas, se deja secar y vuelve a su estado de pergamino adquiriendo la tensión y rigidez necesaria para ser tocada. Es costumbre muy extendida frotar la piel con un ajo, aunque no está muy claro si se trata de mejorar las prestaciones de la piel, dotándola de un cierto grado elasticidad lo que le da un sonido más grave o  bien responde a algún rito de protección o conjuro contra el mal, pues tradicionalmente, a éste bulbo se le atribuyen propiedades de talismán. O quizás ambas cosas.

La forma de tocar la zambomba de caña  es colocarla bajo el brazo izquierdo, con la caña hacia delante o hacia un lado y frotar la caña hacia arriba y hacia abajo de forma rítmica con la mano húmeda, por lo que es necesario proveerse de  un recipiente de agua, un trapo húmedo o bien, la forma más tradicional, escupir en la mano. Otra solución es frotar sujetando una hoja de berza, verdura que conserva su humedad. También se puede impregnar la mano con resina o incluso con sangre. Las de cuerda se toman con el brazo izquierdo y con la mano igualmente húmeda o impregnada se realizan tirones secos y a la vez se desliza la mano sobre la cuerda, el  sonido es algo más sordo y seco. Ocasionalmente se acompañan o alternan éstos movimientos de fricción con golpes directos sobre la piel, bien con la mano derecha o con una baqueta corta, y es normal añadir cascabeles y sonajas atadas a la caña o sobre el parche para potenciar  su particular estruendo.

La zambomba es un instrumento muy extendido por Europa y gran parte de Asia y Africa y Sudamérica y se encuentran ejemplares en culturas muy primitivas como  el Ingungu de los Bantues o el Dioulou-Tama de Guinea. Quizás el más antiguo conocido es el que se fabricaba  en Africa, realizando un agujero en el suelo que era tapado con hojas  o pieles,  de su centro partía una cuerda tensada con una vara, el sonido se producía al frotar dicha cuerda. Grupos de éstos instrumentos improvisados formaban pequeñas orquestas, al igual que nuestros grupos de zambomberos. La famosa Cuica o Puita, brasileña cuya fabricación es incluso  industrial, es pequeña zambomba de cuerda que se usa para acompañar las sambas y fiestas de carnaval. En Europa suele recibir nombres onomatopéyicos que semejan el sonido que hace: Soronca, en Portugal, Rameplot, en los Paises Bajos. La Pignate  provenzal o la Caccabella napolitana son instrumentos similares

Zambomba lecheraLa zambomba está  asociada a la época Navideña. De hecho son instrumentos de temporada que generalmente  se fabrican para el momento sin pretensión de conservarlos para otros años, en que se volverán a construir, es normal que el instrumento no resista mas de una Navidad y si lo hace debido a los cambios de temperatura y humedad y su falta de uso el resto del año, suele ser necesario repararlo o rehacerlo. Según algunos musicólogos,  en las culturas arcaicas, los sonidos extraños y profundos producidos por los tambores de fricción están relacionados con lo sobrenatural, y de ahí que se asocien a ritos iniciáticos y religiosos. Por supuesto que el movimiento característico para tocar éste instrumento presenta connotaciones sexuales y es, aún hoy, objeto de bromas en nuestra sociedad en la que éste tema es tabú, sin embargo en culturas más ‘primitivas’ se encuentra muy relacionado con la fertilidad. Entre ciertas tribus africanas es empleado como ilustración en los ritos de iniciación sexual de los jóvenes. En la Europa precristiana, muchos pueblos consideraban la época del solsticio de invierno como relacionada con la fecundidad, pues es cuando se preparan los campos para numerosos cultivos. No en vano la Iglesia cristianiza ésta época y la elige como la fecha del Nacimiento de Cristo de una mujer humana. Puede ser éste uno de los motivos por los cuales la zambomba aparece especialmente durante la Navidad. También contribuye la proximidad de la matanza, y el aumento en el sacrificio de otros animales para los manjares propios de éstas importantes fiestas de alegría y exceso,  que mejora la  disponibilidad de vejigas o pieles de conejo con los que fabricar los instrumentos.

  Además de acompañar los cantos y villancicos propios de éstas fechas en las celebraciones  familiares, es frecuente su uso en agrupaciones de ‘Aguilanderos’, que van recorriendo las casa de la localidad pidiendo el ‘Aguilando’ o aguinaldo. Son grupos de niños o adultos (éstos últimos emplean zambombas de mayor tamaño) que cantando van pidiendo por las casas un ‘donativo’ en forma de comida, (aprovechando la reciente matanza)  bebida o dulce (mas modernamente dinero)  con el que organizan un convite. Esta tradición aún pervive en muchos pueblos y ciudades. Pueden tocar solamente zambombas  o unidos a otros instrumentos de percusión como hueseras o panderetas, en algunos casos mas ‘profesionalizados’  se forman incluso rondallas que incorporan guitarras y bandurrias e incluso violines como el caso de los verdiales Malagueños. Estos mismos grupos son los encargados de cantar la Alboradas, es decir la ronda matutina en las mañanas de los días de Navidad, Ano Nuevo y Reyes. Dentro del ambiente jocoso y festivo, se acompañan con la zambomba no sólo villancicos, también  pequeñas coplas  y canciones irónicas o burlescas como las siguientes:

 
 
No queremos la morcilla  
La zambomba pide vino
Ni tampoco el farinato  
y la caña aguardiente
Que queremos lomo fresco  
y el mozo que la toca
Que es lo mejor del gurriato    
mozas de quince a veinte.
Si el amor que puse en ti
En el corral de tu abuelo
Hubiera puesto en un guarro
hay un bicho venenoso
Ahora comería yo 
deja preñás a las mozas
Buenos torreznos de magro. 
Y hecha la culpa a los mozos.
 
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