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Introduciendo la lengüeta totalmente en la boca y soplando con fuerza, conseguiremos que la lengüeta vibre y produzca el sonido. Sin o fuera así y ésta se pegara al tubo sin vibrar, es necesario introducir un papel entre la lámina y el corte, levantando de esta forma la lengüeta ligeramente. La práctica nos enseñará todos los secretos referentes a la obtención de un buen sonido. Una vez conseguido éste, se practicarán los agujeros en número de 5 ó 6, alineados con la lengëta y de 2 ó 3 mm. de diámatro, utilizando para ello un alambre al rojo vivo (foto B), teniendo siempre cuidado de no atravesar las dos paredes, pues es un material muy delicado. Las distancias de los agujeros dependerán de muchos factores: grosor y longitud de la lengüeta, tamaño del tubo, etc... y su afinado resulta difícil; tan sólo con práctica se puede conseguir. Unas medidas orientativas son las que se muestras en el siguiente gráfico. |
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