El
pueblo de Porto de Sanabria, Zamora, se conserva un interesante modelo
de Rabel, de gran tamaño, unos 70 cm, que todavía toca Isidro Alvarez.
Este rabel es muy semejante en forma y tamaño a uno de los instrumentos
representados en las Ilustraciones de las Cantigas de Alfonso X, caja
de resonancia ovoide, tapa de piel y tres cuerdas de crin de caballo.
Me contaba Alberto Jamarían, Musicólogo y folclorista zamorano que
ha estudiado en profundidad el instrumento, que la forma tradicional
de afinar el rabel era poner al unísono las dos cuerdas graves y tensar
‘a ojo’ la cantante, a continuación deslizar el dedo índice por ella
hasta conseguir un sonido acorde de las tres, fijado ahí éste dedo a
modo de cejilla se interpreta la melodía con los otros tres dedos, empleando
solamente el tramo que la mano alcance.
Su
sonido es grave, profundo y de gran belleza, ideal para el acompañamiento
de romances.
El
modelo que aquí presentamos está sacado de uno propiedad de Alberto
Jambrina, a quien agradecemos su colaboración, construido en Porto.
MATERIALES.-
Piezas de madera no muy dura (pino, cedro o tilo, por ejemplo pero
valen otras) de unos 75 cm X 15 cm x 8 cm. Piel crin de caballo, madera
para clavijas y puente.
CONSTRUCCIÓN.-
1.
El proceso de fabricación es semejante al de otros rabeles, se traza
la forma sobre el taco o tronco de madera y desbasta o recorta la forma
adecuada, primero con sierra o arzuela y a continuación con lima.
2. Se
vacía la caja dejando una pared de 1,5 cm y se termina todo ello con
lija. Igualmente se fabrican las clavijas y se ajustan en los correspondientes
orificios del clavijero, se coloca igualmente la cejilla superior del
clavijero.
3. La
tapa se realiza de piel, como en otros rabeles, con la peculiaridad
de que la piel húmeda va clavada al en la parte superior del borde
en el grueso de la pared superior y no al lateral, esto tiene algún
problema, al secar la tensión de la piel va directamente sobre los clavos
y puede hacer que en la perforación se rasgue por ello en conveniente
colocar sobre ellos una tira de badana gruesa, clavada también sobre
el borde, de ésta forma se distribuirá mejor la tensión de la piel.
4. Previamente
clavaremos el cordal de cuero con tres agujeros para las cuerdas, de
forma que la cenefa lo sujete también.
5.
Una vez seca se pueden realizar los oídos, si no se ha hecho antes.
Y colocamos la cejilla del clavijero.
6.
Hacemos las cuerdas, uniendo varias cerdas de crin de caballo, menos
para la primera y algunas mas para la segunda y la tercera, que tenga
así un sonido mas grave a igual tensión. Las colocamos.


7.
Fabricamos y ajustamos el puente, en especial la altura, hasta que queden
las cuerdas a una altura adecuada sobre el diapasón, no muy altas pero
que no rocen.
8.
El arco es curvo, pero largo, puede recortarse de una tabla o hacerlo
doblando una vara. Se le puede poner una clavija y el sistema de
sujección ya descrito.